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Niña buscando a su padre |
Dejando a un lado problemas banales, tengo que comunicaros nuestra gran preocupación: la niña es clavadita a su padre. Aprovechando la estancia en el hospital hemos sondeado la posibilidad de operar a la niña allí mismo, a ver si nos hacian precio, pero nada. Por otro lado, si me llega a salir morenita y con el pelo rizao, lo mismo no me dan los 15 días de paternidad. Y además hubiera tenido que matar al portero subsahariano que nos sube la compra. Y además sin cheque bebé... Hija mía, siento mucho que te parezcas a tu padre, ¡pero no sabes lo bien que me viene!
La niña ha salido más bien pequeñica. Menos mal que he estado yo estos 9 meses comiendo por dos, porque si es por mi señora y su estúpida dieta, nos sale una niña de Biafra.
Y la madre está como un toro. Ya se baja sola al Mercadona y se trae los bricks de leche en paquetes de a 12 a pulso.
El futuro es incierto: ¿Es reversible la vasectomia? ¿O mejor me la plastifico? Si me hacen un test de madurez, ¿me pueden quitar la custodia de la niña?
Por cierto, que mi señora descubrió el blog. Lejos de mandarme a la esterilla del gato, me ha exiliado al sofa del salón. Creo que de verdad me ama. Si no fuera por la vasectomia de antes, creo que se deja preñar otra vez un día de estos (cuando la niña jure bandera).
Un saludo de Papá Caracol (aquel al que reconocereis por su rastro de babas).
P.S.: A pesar de vivir en estado de zafarrancho continuo, la experiencia es genial.