Calzonismo (término médico: Machologos Abanderadoulos): Dícese de aquel estado mental propio de un varón vínculado sentimentalmente a una fémina por el cual se encuentra enajenado de su propia voluntad de forma consciente y consentida. El cuadro de síntomas es ampliamente conocido por la comunidad científica internacional, si bien en la actualidad no existe tratamiento.
Bien, seguramente todos hayan oído hablar de la verdadera pandemia de los últimos 2 ó 3 milenios. Pero
hoy y aquí se va a establecer el cuadro de síntomas previos al estado terminal. Los 4 estados por los que pasa el varón medio español de manera indefectible en cualquier relación lúbrico-afectiva con una mujer, hasta alcanzar la muerte cerebral.
Estadio 1: Enamoramiento Gilipollas o Tanga de Cuello Vuelto
Esta claro: la chica te gusta. Y todo apunta a que, de un momento a otro, vas a yacer con ella. Pero por otra parte, no sólo alimentas fundadas esperanzas en tus deseos carnales, sino que eres consciente de que DE VERDAD TE GUSTA. Te sorprendes a ti mismo descubriendo una faceta rosa de tu personalidad que te lleva a realizar actos que... cómo denominarlos... diríamos que son más propios de aquellos a los que siempre has considerado
con un lado femenino más desarrollado; actos como ver películas de Hugh Grant, beber batidos de fresa, comer lomitos de merluza sobre lecho de verduritas hervidas y, en casos de gilipollez extrema, pedir fruta de postre. Una actitud que, gracias a Dios, no floreció en tu época de instituto, o te hubieran dado de hostias con la mano abierta día sí, día también. Porque uno es de una época en donde no teníamos al profesor de sparring, sino al lila de la clase.
Pues sí. Ahora eres otro. Las ilusiones que albergas, tórridas o no, anulan tus otros sentidos, la capacidad de raciocinio y, por descontado, tu dignidad. Laboratorios farmacéuticos de tecnología puntera apuntan a que, con profilaxis, aún hay esperanza.
Estadio 2: Reafirmación o Enaguas Forro-Polar
El adormecimiento de la materia gris va desapareciendo. El romance desaparece.
The thrill is gone. O al menos de la manera en la que estaba presente. Te empiezan a molestar actitudes del contrario y renace, como Don Pelayo en Covadonga, la raza y sangre española. Ya no metes las manos en los bolsillos para rascarte los huevos. Ahora lo haces por fuera. Y si tienes las manos con restos de tiza o harina, mejor: marcar el territorio siempre ha sido una tradición mamífera muy arraigada en la especie masculina. Bebes cerveza, Y DIRECTAMENTE DE LA LATA. Te introduces el dedo en la nariz hasta la tercera falange y, cual maestro orfebre, das forma esférica a tus nasales secretos, proyectándolos con pericia en algún recipiente. Es más, le concedes la amnistía a alguna de esas bolsas de gas que constituyen la atmósfera de tu flora intestinal y que llevas relegando al anonimato durante tanto tiempo para alivio del efecto invernadero y la capa de ozono.
Paradójicamente son los últimos coletazos como individuo sano antes de entrar en la espiral de autodestrucción. La comunidad ciéntifica no se pone de acuerdo sobre los posibles tratamientos.
Estadio 3: Abdicacion Pública o Calzón Parapente
Las hostias que no te llevaste de pre-púber, y que te mereciste por tu amariconamiento en el estadio 1, las estas cobrando ahora con un tipo de interés que roza la usura. ¿Qué creias? ¿Que la hiel de tus hirsutas axilas iba a imponerse a sus feromonas? ¿Que la enorme pelusa de tu ombligo y tú veriáis el futbol sin pagar un precio político?
¿Tú eres nuevo o qué te pasa? Abdicas. Públicamente. Hasta encuentras comprensión con otros especímenes machos y se produce un intercambio de chascarrillos más o menos jocosos y que reflejan lo inexorable del destino: la nueva partida presupuestaria de "
Escapadas Románticas y Veladas Maravillosas" recibe una inyección de fondos proveniente de la de "
Cervezas y Bravas en barra de bar ambientado con serrín en el suelo", que deberá apretarse el cinturón.
El médico de guardia avisa al sacristán para que te practique la extremaunción.
Estadio 4: Abdicacion Privada o Gallumbo Bergantín
Si bien la etapa 3 puede variar en su extensión, la psique del sujeto vive continuamente atormentada por encontrarse en conflicto el Yo, el SuperYo y, sobre todo, SuperElla. ¿Qué diría Freud de todo esto? El único modo de dar salida a esta presión insoportable es dando pábulo al
Mini-Yo. Por fin puedo decir que, a mí,
YA me gusta lo mismo que a ella.
Si tienes carné de órganos, aún puedes dar esperanza a otros que aspiren a disfrutar de una vida plena.
Ventajas del calzonismo
- Duermes en el colchón.
- No tienes que pensar. Sólo actuar.
- Puedes reciclar tus calzoncillos usados en Ala-Delta.
Inconvenientes
- Ves a su madre. Mucho.
- Te borras del
Comando Crápula, cuerpo de élite especializado en novilladas nocturnas. La memoria colectiva es implacable y olvida tus grandes actuaciones como
killer del área y
women punisher y
capellán de los calaveras de la noche.
- Necesitas un programa de protección de testigos que te permita zambullirte en una sociedad nueva en la que nadie te conozca (en especial, aquellos pertenecientes a la Guardia Real del anteriormente mencionado Comando Crápula). Al contrario que tus camaradas de la noche, los nuevos contactos suelen tener la educación de no descojonarse en tu cara a las primeras de cambio.
N.B.: Mi mujer realmente es una Santa, no se vayan a engañar. Y mi suegra más. Pero uno ha visto sucumbir a muchos ya. He aqúí mi sentido homenaje a los caídos en acto de servicio, en un intento por lavar su imagen y dejar claro que SON VICTIMAS!